1860, época Victoriana, en el corazón de la ciudad, este lugar es más que un simple alojamiento. En la actualidad, es el sueño hecho realidad de dos hermanas, que han decidido embarcarse en esta aventura, para honrar el legado de su padre, un verdadero ciudadano del mundo. Quién nos enseño que: viajar es una oportunidad para conocer gente de todas partes del mundo, compartir culturas, historias y, casi siempre, generar conexiones únicas.

Con tiempo mucho mimo y cariño, hemos conseguido crear un espacio dónde: cada detalle ha sido pensado cuidadosamente, para que los huéspedes se sientan como en casa. Cada decisión tomada durante todo el proceso de restauración, desde la decoración de los espacios, hasta los servicios que ofrecemos, tienen la clara la intención de generar ese vínculo especial, que une a las personas con su entorno. No solo se trata de ofrecer un hospedaje, sino de crear un espacio dónde las personas se sientan bienvenidas, cómodas, y como en casa, aunque estén lejos de la suya.

Este pequeño edificio no sólo será un lugar para descansar, sino un viaje en el tiempo, donde el pasado y el presente se encuentran en perfecta armonía, creando un espacio único, lleno de vida y de historias, que esperan ser vividas y así, de alguna forma, honrar la memoria de nuestro padre.